principito

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viernes, 6 de septiembre de 2019

SON NIÑOS Y NIÑAS Y NOS NECESITAN.

Todavía veo situaciones que me dan la sensación como cuando escuchas chirriar los dientes, o como cuando oyes el sonido de un cuchillo arañando un plato. Y es una situación que veo sobre todo al inicio de curso en la etapa de infantil, concretamente en los niños nuevos de 3 añitos.
Esta entrada puedo dedicarla a criticar solo el hecho de que ya niños con 1-2-3 años estén escolarizándose en centros hechos de muros de hormigón; o en la metodología generalizada en muchas aulas al recibir a estos alumnos.
Comenzaré por la primera idea. ¿Niños tan pequeños separados de sus padres para meterlos entre esas 4 paredes? ¿Cómo puede la sociedad haber normalizado esta acción y verlo como “que es lo que hay que hacer”? Conocemos la necesidad de los niños y niñas por sentirse seguros, por estar con su madre y su padre, sabemos que en esas edades son seres aún totalmente dependientes... ¿entonces, cómo hemos dejado que nos vendan ese hecho como algo normal? El estado debería ver el error tan grande que cometemos en nuestro país con respecto a ello, poner más facilidades en la conciliación familiar y permitirle a una madre o padre estar con estos niños al menos hasta los 3 años ¡como están en otros muchos países! Es lo más sano, lo más correcto y acertado y por supuesto lo más natural. Dando una estabilidad económica para poder hacerlo y unas mejores condiciones y esto sí, verlo como algo normal. Sino, ¿qué hipócrita sigue defendiendo los derechos de los niños teniendo esta política tan anticuada de conciliación? En tu empresa mami,¡ te pongo una guardería y así puedes trabajar y dejar a tu niño casi desde que nace en un sitio cercano! ¿En serio? ¿Y encima hay que agradecer a las empresas que lo hacen?  La revolución industrial pasó hace muuuucho tiempo, y aún seguimos con políticas solo aplicadas a aumentar la producción y horario de trabajo de las personas; y no a facilitar su trabajo y aprovechar mejor el tiempo. ¿Para cuando ese cambio? Reivindico defender los derechos de los niños y sus padres, y de una vez por todas tener una buena conciliación familiar y respetar los verdaderos derechos y necesidades de los niños.

Mientras que esto es posible. ¿Qué hacemos con los niños tan pequeños que se meten en las escuelas y se separan de sus padres? Esos niños, que meten en centros desconocidos, con otros niños también desconocidos y adultos que nunca vieron. Niños y niñas que además por sus edades es lógico que muchos no entiendan ni porqué están allí. Grandes maestras hacen labores tan extraordinarias que no cabe la duda en que emocionan nada más al verlas interactuar con los peques. Sin embargo, hay una filosofía extendida por algunas maestras que se resume en lo siguiente:
- Cuando los niños y niñas entren llorando, hay que intentar ignorarlo. Separarlo bruscamente de sus padres al entrar en el cole (porque “es lo mejor”) y si llora aún más y se prorroga en el tiempo más hay que ignorarlo.

Unos leerán esta idea y dirán: ¿qué dices? ¿Eso cómo va a ser? Y otros lo leerán, sobre todo algunas maestras de infantil y pensarán, sí, es así cómo hay que actuar.
Pues disculpar pero yo como maestra y madre sigo diciendo, ¿en serio? ¿Pensamos que eso es correcto?
Pero, esta idea está basada en una pedagogía que defendía que si coges mucho al bebé cuando llora se “malcría”, si duerme en la cama con los papás se “malcrían”... esto creo que sí se conoce más, ¿verdad?. Pues en esta misma pedagogía se basan esas maestras de infantil, y fue una metodología muy generalizada.
El problema es que esta pedagogía ya se ha observado que afectaba al sentimiento de los peques de sentirse seguros y se criaban niños muy inseguros y muy inestables emocionalmente. Entonces, ¿porqué estas maestras siguen actuando así? Eso ya habría que preguntarles a ellas, sin embargo, para mi, no hay ya ninguna respuesta válida. Será por mis valores, mi naturaleza o mi sentido común; pero sigo sin ver normal dejar a un niño llorar sin consolarlo, sigo sin ver normal que no permitan a esos papis que acompañen dentro de las clases a esos peques cuando les cueste tanto ese paso, sigo sin ver normal no abrazarlos, no respetar su llanto y decirles al oído:
 -se que estas un poco triste porque ahora no está mamá, y tienes derecho a estarlo pero yo estoy aquí para quererte, jugar contigo un ratito y consolarte y mamá siempre vendrá luego a recogerte-.
Por lo que también reivindico el entender ese llanto y consolarlos, y ser un poco mamis con ellos hasta que se sientan seguros y sino, compartirlo con sus propias mamis y que les dejemos que les ayuden al tránsito.
Respetemos sus emociones, entendámosles y abrirnos a nuevos métodos más naturales.


1 comentario:

  1. Bravo, opino igual que tú. ole por tí y afortunados tus peques y sus padres.
    un abrazo.

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